Entre tanta “literatura” sobre Twitter encontré un blog que empecé a seguir desde hace muy poco tiempo, pero que por su interés hacia mi especialidad lo reviso diariamente; pues es interesante el contenido y temática que siempre tratar.
En unos de sus post encontré sobre el servicio de microblogging y que a continuación iré desmenuzando. Quizás resulte un poco chocante o contradictorio, pero la temática vale si la cuestión es buscar, no sólo comunicación, sino debate y consenso a la vez.
Al describir lo que es Twitter manifiesta que “permite postear y leer comunicaciones fragmentarias a alta velocidad, es divertido, pero también puede ser incómodo. Uno se suscribe a los ruidos de un grupo de personas; estas se suscriben a los de uno; y se producen y consumen ruidos durante el resto de la vida. (…); puede ser entretenido y útil, y, después de todo, ¿a quien no le gusta tener, cada tanto, la ilusión de contar con mucha compañía?”.
Sostiene que una de las preocupaciones fue cuando “Bruce Sterling propuso (en una conferencia) que el símbolo más claro de la pobreza es la dependencia de “conexiones” como Internet, Skype y los mensajes de texto. ¡Los pobres adoran sus celulares!, afirmó. En relación con un público que prefiere las noticias optimistas sobre tecnología, la retórica de Sterling tenía el tono de esas expresiones condescendientes y hasta arrogantes, pero inolvidables. Solo los pobres - definidos como quienes carecen de opciones mejores- se obsesionan con las conexiones. Todo el que tiene el alma fuerte se dedica al cultivo de “jardines privados”.
"La implicaciones de la idea de Sterling no son halagadoras para los fanáticos del Twitter. Las conexiones que parecen equivaler a riqueza para muchos de nosotros (los empobrecidos que atesoramos nuestros teléfonos inteligentes y los amigos de Facebook), son en realidad poco valiosas. Peor aún, son pasivos que tomamos por activos. Vivimos en la web, en esa desagradable situación de hacinamiento sólo porque no podemos permitirnos la privacidad”.
Más adelante sostiene que quienes rechazaban la actividad de la conectividad era anticuada, pero con lo dicho por Sterling “ahora, mientras reflexiono sobre la máxima “la conectividad es pobreza”, me pregunto si no me habré convertido en un chico de la calle que vive en un barrio cruel y superpoblado, que trata de convencer a todos de que los golpes periódicos son buenos para formar la personalidad. Tal vez, la verdad es que ansío salir de ese lugar y vivir rodeado de familiares y amigos (…)
Si llegué a hartarme de las redes sociales que alguna vez abracé con entusiasmo, tal vez se deba a esas mismas redes sociales. En los viejos tiempos, los que actualizaban Facebook y los twitteadores posteaban sobre todo banalidades. Ahora las cosas cambiaron. Twistori, un nuevo sitio, clasifica y organiza posteos de Twitter que usan palabras emotivas como “deseo”, “ojalá”, “odio” o “amo”, con lo que contribuye a la construcción de una imagen de la psiquis colectiva de Twitter. La onda de Twitter parece haber cambiado: una cantidad sorprendente de personas ahora parece twittear sobre su deseo de verse libre de molestias como Twitter. “Ojalá no tuviera obligaciones”, escribió alguien hace poco. “Ojalá tuviera un lugar donde ir”, escribió otro. “Ojalá no sintiera la necesidad de escribir banalidades aquí”. “Ojalá pudiera salir de este infierno”, sostiene como final del comentario.
Resulta llamativo como desde otro punto de vista se aprecia Twitter. Por un lado como fue surgiendo y luego en qué se ha convertido. La razón de cambiar está en nosotros, quienes formamos parte de esta telaraña de información.
Les dejo la posta para hacer comentarios.
Fuente: dreig.eu/caparazon/
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