Esta tecnología les ofrece un terreno propicio para el desarrollo de sus capacidades de abstracción, técnicas y creativas. La utilización de procesos lógicos y no mágicos se hace fuerte, al igual que la actividad multitarea (multitasking) y la perspectiva hipertextual de secuencias lógicas no lineales.
Los adolescentes, en esta una nueva relación con la tecnología, reconfiguran el lugar de los saberes y sus poseedores, generando temores entre los docentes.
Las instituciones escolares -afincadas en la cultura del libro, del texto y la palabra escrita- tienen dificultades en la medida en que los jóvenes están inmersos en una cultura de la velocidad, de la fragmentación y de la imagen, y los adultos enfrentan el desafío de seguir enseñándoles de manera secuencial y en base al texto. Frente a los procesos de diálogo, debate y reflexión, que necesitan siempre un tiempo extendido para poder desarrollarse, emerge una sociedad del vértigo, de la fragmentación, del salto o pasaje veloz de una secuencia a otra.
Cuando emergen las dificultades de los docentes para concitar y retener la atención de los alumnos que aparecen como desmotivados y desinteresados -derivando en fracasos y eventualmente deserción-, hallan razones de formato tanto como de contenido. Atravesados, los alumnos, por la cultura del zapping (un modo de ver fragmentado, discontinuo, rápido e incompleto) y el clip, por un mundo de imágenes y pantallas con su lenguaje icónico, por la lógica hipertextual en sustitución de la lineal.
Ante los procesos de la lógica secuencial tradicional aparece la lógica de los hipertextos y las hipermedias, que trabajan en forma de redes. Al lenguaje del texto se lo enfrenta con el lenguaje de la imagen. La imagen y el hipertexto remiten a un nuevo canon. La imagen con su pregnancia e inmediatez, que dificulta la toma de distancia, y el hipertexto que liquida el proceso secuencial serial por un protocolo de acceso en paralelo a múltiples opciones de registros. Para alguien socializado en la cultura de la palabra, la imagen se convierte fácilmente en una trampa, mientras que para alguien socializado en un mundo de imágenes, la palabra puede actuar como retardo, como agregado vano. Y para alguien socializado en la cultura del texto lineal, el hipertexto es un laberinto en el cual perderse y que no lleva a ningún objetivo claro, nos pasea entre relatos, horizontalizando retazos sin pronunciar su discurso final. En tanto, para alguien socializado en el hipertexto, el texto lineal suele ser pobre, aburrido, y no permite una compresión de los contextos y las relaciones.
Para unos y otros, las nociones de tiempo y espacio se modifican con la tecnología produciendo nuevas distancias. Y, ya se sabe, las nociones de tiempo y espacio son condiciones a priori del entendimiento.
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