“Vivimos, gracias a la tecnología, en una Sociedad de la Información, que ha resultado ser también una Sociedad del Saber, pero no nos encaminamos hacia una Sociedad del Conocimiento sino todo lo contrario. Las mismas tecnologías que hoy articulan nuestro mundo y permiten acumular saber, nos están convirtiendo en individuos cada vez más ignorantes. Tarde o temprano se desvanecerá el espejismo actual y descubriremos que, en realidad, nos encaminamos hacia una Sociedad de la Ignorancia”, comenta Antoni Brey en el primer ensayo, que da título a la obra. -La infoxicación: supone una “intoxicación” por exceso de información, que dificulta la discriminación entre lo importante y lo superfluo. Asociada al desánimo, la impotencia y la carencia de capacidad crítica, la infoxicación promueve la aceptación sumisa de “visiones tópicas prefabricadas”. -Los saberes parciales alejados de una “sabiduría integral” que colabore a reflexionar sobre nosotros, los otros y el mundo (de manera sinérgica). -El tempo moderno, amigo de la inmediatez, la aceleración, y del tiempo como recurso económico. -La pérdida de participación ciudadana y el repliegue de la esfera de lo público (agorafobia) frente al recogimiento en el ámbito privado. Frente a la necesidad de abogar por un pensamiento complejo, abierto y recursivo; al compromiso ciudadano con lo público; y al desafío de construir un conocimiento para la vida (y para todos) –en un tiempo histórico signado por nuevas formas de socialización, producción y acceso al conocimiento-, creemos importante recuperar un factor insustituible: el humano. Capaces de ese “salto a lo imposible”, y de no quedar atrapados en la clausura del “tecnologismo”.
“Vivimos, gracias a la tecnología, en una Sociedad de la Información, que ha resultado ser también una Sociedad del Saber, pero no nos encaminamos hacia una Sociedad del Conocimiento sino todo lo contrario. Las mismas tecnologías que hoy articulan nuestro mundo y permiten acumular saber, nos están convirtiendo en individuos cada vez más ignorantes. Tarde o temprano se desvanecerá el espejismo actual y descubriremos que, en realidad, nos encaminamos hacia una Sociedad de la Ignorancia”, comenta Antoni Brey en el primer ensayo, que da título a la obra. -La infoxicación: supone una “intoxicación” por exceso de información, que dificulta la discriminación entre lo importante y lo superfluo. Asociada al desánimo, la impotencia y la carencia de capacidad crítica, la infoxicación promueve la aceptación sumisa de “visiones tópicas prefabricadas”. -Los saberes parciales alejados de una “sabiduría integral” que colabore a reflexionar sobre nosotros, los otros y el mundo (de manera sinérgica). -El tempo moderno, amigo de la inmediatez, la aceleración, y del tiempo como recurso económico. -La pérdida de participación ciudadana y el repliegue de la esfera de lo público (agorafobia) frente al recogimiento en el ámbito privado. Frente a la necesidad de abogar por un pensamiento complejo, abierto y recursivo; al compromiso ciudadano con lo público; y al desafío de construir un conocimiento para la vida (y para todos) –en un tiempo histórico signado por nuevas formas de socialización, producción y acceso al conocimiento-, creemos importante recuperar un factor insustituible: el humano. Capaces de ese “salto a lo imposible”, y de no quedar atrapados en la clausura del “tecnologismo”.
muy buena la investigacion del profesor
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